Felipa tiene "F" de Fuerza en su nombre.

 

FELIPA tiene “F” de FUERZA en su nombre

Su nombre significa “La que es aficionada a los caballos” …con seguridad nunca fue aficionada a los caballos, a no ser los caballos que cargaban las calesas blancas y adornadas con lazos de colores a los paseantes por las calles del centro de Mérida, mientras caminaba en las tardes calurosas de agosto o diciembre por las calles céntricas en dirección al consultorio del doctor que trataba sus crónicas y dolorosas varices…recuerdo algunas veces ir con ella apurando el paso para alcanzarla a mis 9 o 10 años en 1985, comprando medias gruesas en las farmacias.

Pienso en mi abuela cuando veo a mi padre, tiene la fuerza de ella en su espíritu guerrero…FELIPA tiene “F” de FUERZA en su nombre y para mí eso significa “Felipa…Fuerza”.

La F de Fuerza de una niña de 10 años para sobrevivir al abandono de sus padres y a la destrucción de su familia en 1927 afrontando la soledad y la muerte de su infancia e inocencia.

La F de Fuerza de una preadolescente para sobrevivir como sirvienta a una familia de acogida y vivir de miserias que los otros dejan, sintiendo la soledad del mundo que desde edad temprana le regaló dolor.

La Fuerza de Felipa en 1938 para comenzar su vida como madre de tres hijos y amante de un hombre machista perfecto de su tiempo que encontró en ella a la mujer ignorante e idónea para maltratar hasta el último día de su vida con ella.

La Fuerza de Felipa para sobrellevar la pobreza en 1944…donde las manos le dieron de comer a ella y a sus hijos, lavando y planchando miles de prendas ajenas y familiares…por unos pesos que cubrieran las carencias mínimas de sus infantes…porque el dinero del padre casi nunca se hacía llegar…viviendo el huracán de la violencia en el hogar.

Con la F de Fuerza de la única Felipa, está Felipa de la que hablo que jamás se repetirá en el mundo…porque como ella todos somos únicos e irrepetibles…La Fuerza de Felipa para afrontar el dolor del diagnóstico de esquizofrenia de sus dos hijos mayores, entre medicamentos, citas al psiquiatra, dramas y golpes…enfermedad que con seguridad se detono por la violencia paterna.

Con la F de Fuerza que Felipa una mujer que sólo aprendió a medio leer y medio escribir su nombre y algo más…sacó de quien sabe dónde para alejarse en 1950 del violentador padre de sus tres hijos y huir a una nueva ciudad en busca de la madre perdida, aquella que la abandonó en la infancia y empezar de nuevo…llevándose sus manos con ella para lavar, planchar, limpiar, cocinar…

La Felipa que figura en mis recuerdos aparece en 1980  en visitas regulares de vacaciones de verano y navideñas…toda ella siempre olía a detergente y cloro…sobre una capa gruesa de crema nívea, por la piel reseca y envejecida antes de tiempo…sus manos nunca descansaron suficiente...la recuerdo con la Fuerza para barrer y barrer…trapear y trapear, lavar y lavar…planchar y planchar…cocinar y cocinar…casi nunca sentada, casi nunca acostada en su hamaca yucateca…como si no mereciera detenerse, relajarse…aún con los gritos que sus impresionantes varices le lanzaban en cada pierna…no paraba…algunas veces se le escapaba de la garganta algunas tristes canciones de boleros…donde se llora o se maldice con elegancia algún mal y traicionero amor…le gustaba cantar y silbar melodías siempre las mismas, como si su garganta fuera  un solo disco de acetato de 4 canciones y dos lados, el lado A positivo…el Lado B más obscuro y nostálgico.

Hasta el 2005 la Fuerza de Felipa de 88 años, se encargó de su hijo mayor incapacitado crónicamente por la esquizofrenia, con él se permitía ser sutil y eternamente y maternal…preocupada y ocupada de los medicamentos psiquiátricos del hijo y de todas sus necesidades… ¿Qué hay en mí de esa Felipa? ¿Qué habrá en mí de esa Fuerza?

Me marca saberme descendiente de una mujer fuerte, una de millones de mujeres nacidas al inicio del siglo XX, marcadas por la falta de oportunidades, de educación escolar, marcadas por la vulnerabilidad emocional de la infancia con abandono y pobreza económica perpetua, por el machismo y la violencia…incansables guerreras que parecen hechas para vivir siempre el lado dramático de la vida…yo su nieta nunca he tenido ese tipo de duras experiencias y espero jamás tenerlas…pero me pregunto que me depara el destino en el futuro…y si en él se despertará como gen recesivo de la Fuerza de Felipa para afrontar la vida en su lado B.       


Autora: Jacqueline Campos

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