“Puede considerarse bienaventurado y no pedir mayor felicidad
el hombre que ha encontrado su trabajo”
Thomas Carlyle
Autora:
Jacqueline Campos
Imagina que
eres una mujer joven con energía, sueños profesionales y de independencia
económica y que estudias una maestría en educación. Imagina que aprendes con
facilidad y que tu sueño es dar clases a niños y jóvenes, pero nunca lo has
hecho; imagina que tu familia vive al día y que son lo que otros llamarían
humildes. Sigue el reto y continua imaginando que además, vives dependiendo de
una silla de ruedas porque naciste con una condición congénita llamada espina
bífida, que nunca te permitió caminar y vives en una comunidad agrícola, donde
con frecuencia se discrimina discreta e indiscretamente a la personas que tienen
discapacidad ¿Cómo crees sería tu vida con estas condiciones?
Hice este
ejercicio de imaginación y mi respuesta es: que mi vida sería muy difícil, que
probablemente viviría con depresión crónica, causada por las frustraciones de
luchar con tantos obstáculos para tener el derecho a la educación, al trabajo y
a la no discriminación que otros gozan sin tener que pelearlo y exigirlo.
Las
condiciones que te describí pertenecen a una mujer, que vive en el valle de San
Quintín, en Baja California; se llama Ceci y su historia me fue narrada por la
Mtra. Débora García abogada y cofundadora y directora de Justicia y Equidad de
la asociación civil Ancla Eterna. Cuando Débora habla de Ceci se conmueve,
porque Ceci le autorizó y pidió que contara su historia en mi programa de radio
cultural y educativo <Voces con Luz>; Ceci quiso que Débora sea su voz
para expresar lo que ha experimentado viviendo con discapacidad motora
y su frustración porque ningún empleador le ha dado la oportunidad
laboral.
Una de las
reflexiones de Ceci es sobre el trabajo de jornalera, me la imagino mirando
pasar por su ventana a mujeres jornaleras que van o regresan de los campos.
Este puesto es muy solicitado en la comunidad, donde los ranchos agrícolas son
la primera fuente de empleos. Las jornaleras son principalmente de origen
indígena, muchas son nietas y bisnietas de migrantes de Oaxaca, Michoacán y
Guerrero que llegaron al valle desde la década de los setenta. Ceci tiene
conocidos y familiares que son jornaleros; sabe que este trabajo es despreciado
por muchos y que los jornaleros suelen recibir discriminación y rechazo por
muchos habitantes del valle. También sabe, que muchos jornaleros desean que sus
hijos estudien y nunca tengan que vivir las condiciones de desgaste físico que
ellos han tenido que sufrir, creen que el estudio puede darles mejores
oportunidades de empleo. Sin embargo, Ceci, que ha estudiado mucho y con
excelentes calificaciones, no ha accedido a esas oportunidades laborales.
Débora nos cuenta que Ceci quiere trabajar, incluso quisiera ser jornalera si
su cuerpo pudiera permitírselo, ella no considera que sea un trabajo
despreciable. Quiere trabajar, es su deseo, quiere tener un ingreso, seguro
médico, pagar sus impuestos y pagar sus propios gastos; quiere
pertenecer a la población llamada económicamente activa. Sabe que por ley tiene
derecho al trabajo, pero parece que los empleadores, el ayuntamiento y el
gobierno de su comunidad no lo saben.
Ceci no quiere
recibir los $3200 pesos de la pensión del bienestar de las personas con
discapacidad permanente, porque en primer lugar no es una pensión digna que
contemple la realidad de los gastos económicos que implican vivir con
discapacidad y mucho menos vivir con bienestar, con tus necesidades básicas
cubiertas, con seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización. Lo que
ella quiere es trabajar, tener un empleo digno y remunerado. Acceder a su
derecho.
“La Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, del cual México forma
parte, en su artículo 27 establece que las personas con discapacidad tienen
derecho a trabajar, en igualdad de condiciones que las demás, y esto incluye el
derecho a tener la oportunidad de ganarse la vida por medio de un trabajo
elegido libremente y en un entorno laboral abierto, inclusivo y accesible”.
Este párrafo se lee en la página web de Gobierno de México, en el Blog del
Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con
Discapacidad. Sin embargo, las legislaciones no son suficientes, ocupamos
aceptar que muchos mexicanos somos racistas, clasistas, que además
discriminamos y excluimos a los que percibimos y consideramos diferentes a cómo
creemos vernos a nosotros mismos; estas son las barreras psicológicas y
sociales que generamos y mantenemos culturalmente y que permiten perpetuar la
violación de los derechos humanos.
Se ocupa
escuchar la voz de las personas que viven y sufren el incumplimiento de sus
derechos humanos; es necesario otorgarles espacios y medios de difusión, oír
sus voces, se ocupa escuchar voces como la de Ceci que nos dejan ver que el
trabajo es un sueño, es un deseo y es un derecho que se debe otorgar a personas
como ella que comparten la condición de discapacidad y que pueden ser
productivas, si se les brinda las oportunidades.
Débora García
fue la voz de Ceci en mi programa de radio un viernes en el primer mes del
2025; un año en que otras generaciones imaginaron que en la Luna ya vivirían
humanos, que se abría erradicado la pobreza, que se habría encontrado la cura
para el cáncer, que habría autos voladores o que tener una Robotina en casa
sería lo habitual como en las caricaturas de los supersónicos creados en 1962;
pero no, en el 2025 hay mucho por hacer por las relaciones humanas, la
convivencia pacífica, la cultura de la paz y sobre todo en el tema de los
derechos humanos.
Para
iniciar el año la Mtra. Débora nos recordó la importancia de cambiar de actitud
ante la discapacidad, de ser empáticos, de integrar y convivir con las personas
con discapacidad de una manera inclusiva y más humana. Ella impulsa una
asociación en el valle de San Quintín, que desde hace 10 años es como un ancla
que da seguridad y apoyo ante las condiciones de turbulencia que implica
navegar en el mar de la vida con un familiar con discapacidad sin apoyo
adecuado y digno. Podría escribir mucho sobre de Ancla Eterna, pero no es el
objetivo de este artículo.
Mi objetivo fue
escribir sobre Ceci y su derecho laboral, narrarles su condición, para generar
empatía y motivarlos a reflexionar sobre sus propias actitudes a cerca de la
discapacidad y el derecho al trabajo; quizás usted sea empleador, reclutador de
personal o pueda a estar en la posición de ofrecer trabajo a otros, entonces
usted podría considerar otorgar el derecho laboral que tanto bien y tan
valorado será por una mujer o un hombre con discapacidad que puede ser
productivo y capaz para su empresa.
Jacqueline Campos. Psicóloga,
escritora, mediadora de lectura, activista, productora y locutora de un
programa de radio cultural y educativo en la XEQIN La voz del valle. Voluntaria en asociaciones civiles que apoyan
a población vulnerable en la comunidad de San Quintín, Baja California. Crea el
Blog comunitario Voces por la Paz BC que difunde textos en torno a la
sensibilización sobre la violencia de género y promoción del derecho a la vida
sin violencia https://vocesporlapazsq.blogspot.com/ así como del Blog Letras en torno al cáncer de mama, con el
objetivo de ser un espacio de expresión de escritura creativa para fomentar la prevención
y la empatía por las mujeres que luchan contra el cáncer https://entornoalcancerdemama.blogspot.com/ Compiladora del libro La vida con lazo rosa, Ediciones Ave
Azul ( México/ 2024). Publicó Un amigo en
el corazón, Soconusco Emergente (México/2023).
Referencias
https://www.facebook.com/orientacionpsicologicagratuita/
https://ecos.inpi.gob.mx/xeqin/
https://www.gob.mx/conadis/articulos/el-derecho-de-las-personas-con-discapacidad-al-trabajo
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