sábado, 13 de noviembre de 2021

LA IRA, LA CASA Y EL FANTASMA

Escribí este poema pensando en mis experiencias infantiles en relación a la violencia familiar, mi niña interior que alguna vez se sintió vulnerable aún me habla y se cuela en mis historias y mis poemas. La mujer en la que se convirtió esa niña nacida a finales de los setentas, sabe que la violencia familiar que afecta a hijos e hijas y padres, desgraciadamente es frecuente en todos los contextos económicos y cualquier rincón de México; así mismo, es una realidad mundial que está presente en los todos países del Mundo. 
La violencia familiar a mí me convertía en una especia de fantasma que se quedaba sin voz, siendo ignorada y aterrada por lo que veía en cada episodio de violencia. Revelar mi sentir remueve mis heridas, pero también confío que sea útil para que otros puedan identificarse y reflexionar sobre las secuelas de la violencia familiar en la infancia, con fines de reconstrucción.
Este es un videopoema casero hecho por una madre y su hijo, como regalo a la comunidad para invitarlos a reflexionar sobre la violencia familiar y la posibilidad de la rehabilitación. Lo estrenamos en vísperas del 25 de noviembre Día internacional contra la violencia hacia la mujer 2021.
Nos encantaría que lo comparta a otros conocidos, y que vuele lejos dando su mensaje de reflexión.



domingo, 7 de noviembre de 2021

CHORLOS MIGRANDO

Por Jacqueline Campos

Corría al mismo tiempo que pensaba en la infelicidad por presentir el fracaso de mi romance, el amor se me escapaba como la arena en el puño…a lo lejos vi a alguien como si fuera un espejismo que contempla el mar y la caída de la tarde, al avanzar noté que era una mujer mayor; sentada en la arena con un libro en la mano. Era blanca, pelirroja con el cabello corto, portaba un sombrero de paja y vestía una túnica blanca con bordados de flores, algo me atrajo de ella; así que la salude.

          -¡Hola! ¿Puedo acompañarla? Soy Lili, ando de vacaciones en la casa azul.

          -Alo, Lili!, siéntate y descansa conmigo.

          -Esta playa es muy solitaria. No he visto otra casa en kilómetros y usted es la primera persona que encuentro.

          -Solo hay una docena de casonas aisladas entre sí. Precisamente por ser desolada es ideal para meditar…Conozco la casa azul, es del psiquiatra Mauro. Hacía fiestas costosas con su esposa para gente importante que venían de Mexicali y Tijuana; naturalmente eso fue antes de que ella muriera… No es fácil el carácter del doctor. Supongo que fuiste su paciente, a Mauro le gusta involucrarse con mujeres jóvenes vulnerables, que conoce en su consulta; incluyendo colegas. No te quiero ofender, pero es la verdad.

          -Sí, fui su paciente, luego cambié la consulta por el maratón.

          - Pero te quedaste atrapada en la órbita de Mauro. Mira esos pelícanos pardos, me encanta ver la formación en ángulo agudo que realizan al volar. Siempre hacen lo mismo, están programados para volar así; un líder va a la cabeza por un tiempo y los demás lo siguen de cerca. Así es Mauro, un macho alfa que le gusta que lo sigan.

         -Usted, parece conocerlo bien.

         -Desde que éramos jóvenes, somos de la misma generación. Siempre lo veo, pero no suelo hablarle.

         -Yo…estoy enamorada de Mauro, pero parece que caminamos en una cuerda floja. Luego, sucede cualquier cosa que rompe la armonía y me siento sin energía, no sé explicarlo.

        -La armonía para Mauro es obedecer su dictadura perfecta. Cualquiera que pretenda una relación con él, tiene que aceptar que él tiene una norma: Yo estoy bien, tú estás mal. La mujer que pasa mucho tiempo con él, termina absorbida por su carácter y pierde su propia luz.

        -Usted habla como psiquiatra.

       -Lo soy, estudié en la universidad de Hamburgo en los setentas…Mira a ahora toca el turno de volar a las gaviotas blancas en formación de líneas paralelas. Sabes las gaviotas comen calamares y todo tipo de animales marinos, pero en crisis suelen comer carroña y restos de comida que encuentran en la basura para sobrevivir. Algunas personas parecen gaviotas.

          -Me siento como una gaviota que come basura. No me gusta estar sola, no sé vivir sin una relación y parece que me someto a ellas, aunque sea poco saludables…usted se ve una mujer segura, habla el español con soltura. Parece que no le perturba nada.


         -Cierto, no me perturba nada. Contemplo esta playa desde hace años y envejezco con ella; y veo a mujeres jóvenes como tú, que vienen de paso. Yo siempre estoy aquí... Mira, esas aves pequeñas blanquecinas y cenicientas se llaman chorlos playeros, vienen igual que los turistas cada temporada de migración por el clima. Ellas no pescan, como el pelícano o la gaviota. Los chorlitos buscan gusanos marinos y crustáceos cuando baja la marea como ahora. Lo mejor de los chorlos es su poder interior, que pasa desapercibido para quienes no conocen esta especie, porque a pesar de que su cuerpo es del tamaño de la palma de una mano; tiene tanta fuerza en las alas que vuelan desde Alaska hasta esta costa…Yo le temía a la muerte desde niña, pero ya la voy aceptando.

          -Supongo que debo trabajar más en mi poder interior y ser como un chorlo.

          -Querida, no se puede ser un chorlo y una gaviota al mismo tiempo. Los chorlos y las gaviotas no siguen a los pelícanos, son de naturaleza diferente. El mar cura todo, por eso me gusta contemplarlo al caer la tarde… Mauro espera mi visita, dile que mañana cenaré con él.

         -Con gusto la esperaremos ¿La acompaño a su casa?

         -No cariño, espero los colores del ocaso. Es lo mejor al final del día, por cierto, Mauro tiene magníficos libros, podrás encontrar lo que necesitas leer ahí.

        -Gracias, me despido tengo muchos kilómetros que trotar hasta la casa.

Un impuso me hizo abrazar a la mujer, al despedirme pude sentir un aroma de flores playeras y algas en su cabello rojo.

 

Al llegar a la terraza vi a Mauro dormido a un costado la mesa con dos botellas de vino vacías. Me senté a contemplar las primeras estrellas de la noche y noté un libro en la mesa que me llamó la atención “El hombre agujero negro que devoraba mujeres: un estudio de caso. Ensayo psicoanalítico profundo por la Dra. Elske Freda”. En una de las solapas leí que la autora era una renombrada psicoterapeuta alemana, la fotografía mostraba a una atractiva mujer de mediana edad, fracciones delgadas, ojos verdes de mirada que parece saberlo todo, llevaba un corte de cabello de moda en los noventa similar a la princesa Diana de Gales, corto y rojizo, a pesar de los anteojos la reconocí: Era la señora de la playa.

 Al despertar él me abrazó, pero recriminó mi tardanza, dijo que no debía alejarme por tanto tiempo, que esta zona puede ser peligrosa para una mujer sola; mientras hablaba su rostro atractivo de 61 años parecía volverse la cara de preocupación de un niño que reclama a su madre; la ausencia. Cuando se tranquilizó, le conté de la mujer pelirroja que conocí. Él me escuchó atención sin interrumpirme, me dijo que otras invitadas también le habían contado sobre la mujer a lo largo de los años. Le pregunté si ella, era Elske Freda la autora del libro... Con lágrimas en los ojos, me reveló que fueron amantes y que solían pasar tiempo en la casa azul, pero que, ella desapareció en la playa…Mauro sacó recortes de periódicos con fecha de 1996, que mencionaban una gran búsqueda ejercida en la costa de San Quintín por la marina, los militares e incluso el consulado de Alemania en México, pero sin éxito.

 Un mes después un par de pescadores encontraron su cuerpo en la arena al caer la tarde. Estaba envuelta con algas pardas y flores playeras, parecía una crisálida. Los forenses no pudieron identificar las causas de su muerte...Me estremecí con el relato, sentí un frío repentino que me entumió las piernas. Su muerte es un misterio que no se resolvió, pero Mauro lo explica como suicidio sin sentido. ¿Será Mauro el hombre agujero negro que devoraba mujeres? ¿Ella habrá sido devorada?... Al notar el cambio de actitud de Mauro y su silencio después del relato; no cuestione nada.

Esa noche Mauro durmió muy pegado a mí, como un niño que tiene miedo a las pesadillas y busca protección en la cama de su madre. Lo acaricié hasta que se quedó dormido. No pude descansar. La ventana dejaba ver la oscuridad, el viento me parecía susurrar la voz de mujer con acento alemán. Esa noche mi piel no dejaba de oler a flores de playa y algas. Esperar el alba fue eterno sintiendo el frío. El abrigo de las cobijas y el cuerpo de un hombre, no me dieron calor; pero en algún momento, me dormí pensando en los chorlos migrando

Siento pena al recordar a Mauro, de pie a la entrada de la casa con la cara sin consuelo de un niño arrugado cuando me despedí de él, antes de subirme al taxi en la mañana. Sabía que él, no era del tipo que le ruega a una mujer, sin embargo, me pareció ver una mezcla de miedo y súplica en su mirada cuando le dije “Freda vendrá a visitarte hoy”.

  • Cuento publicado en el Fanzine del Sexto Festival de las Aves, Bahía de San Quintín, Noviembre 2021
  • Ilustración Mariela Núñez.

viernes, 5 de noviembre de 2021

ME PREOCUPAN LAS PIEDRAS

Por Jacqueline Campos (Observadora Ciudadana)

Cada vez que veo un camión tráiler abierto trasportando bolsas con piedras bola de mar, siento asco y coraje contras las autoridades, que permiten este tipo de explotación ambiental en las costas de Baja California; en especial, el que ocurre en el nuevo municipio de San Quintín. Investigue que la Procuraduría Federal del Medio Ambiente, afirmó que “Las actividades de extracción de las piedras bolas de mar, provoca la afectación al humedal, al hábitat de diversas especies de flora y fauna silvestre;  así como impacta causando la reducción o modificación de la franja del lugar; la modificación del oleaje o el amortiguamiento de la energía del mismo, así como riesgos a la población y el medio marino”...y declaran que en el 2017, se realizó la clausura a una empresa que extraía las piedras de bola de mar en Ensenada. Quizás esos empresarios sin escrúpulos que roban el patrimonio natural de las costas, se fueron al municipio de San Quintín, ya que desde el 2018: Observo en promedio tres veces por semana a estos vehículos, cargados con piedras bolas de mar con rumbo al norte. Estoy segura de que muchos los miran sin saber que se comente un delito ambiental, y eso es una pena.

En el 2021, supe del auxilio que claman habitantes del Socorrito, para promover la clausura y la sanción contra los que extraen las piedras bolas de mar, para beneficiarse económicamente dejando a su paso un “ecocidio”. En la página de firma de peticiones abierta a todo público (y que invito a firmar) dicen que “…De continuar la extracción de la piedra bola en la costa, provocará la erosión de las dunas del Socorro, la cual es importante no solo para la protección del litoral de las inclemencias del clima, sino también, porque es rica en flora y fauna. En ella se encuentran al menos 155 especies de plantas… Por lo que piden a la PROFEPA y autoridades correspondientes, que detengan el ecocidio”.

El negocio de la extracción de piedras bola usa el abuso laboral y viola derechos. Los recolectores no tienen contratos legales y por lo tanto, son casi esclavizados (abusando de sus necesidades de un sueldo) para cargar piedras y se les pagarles una miseria; en cambio, los empresarios ecocidas las venden a otros, para terminar comercializadas en dólares y euros. Entrevisté a un recolector (adulto mayor) de piedras, que relató las condiciones laborales deprimentes. Los que pagan, para otros se lleven las piedras: Nunca se detienen a preguntarse sobre el impacto ambiental o comunitario, y mucho menos les importan sus recolectores. De hecho, el robo de piedras lo hacen a plena luz del día, frente a  cualquiera que se asome en las playas donde operan, como Camalú, un lugar entre tantos para mirar el ecocidio abiertamente. Ellos saben que las autoridades locales, nada les harán, y si los clausuran: dejarán de extraer por un tiempo corto, mientras localizan otra costa para continuar de manera impune. Esto es, similar al robo y venta de combustible por los llamados Huachicoleros.



Como ciudadana, me preocupan las piedras bolas de mar y pregunto ¿Por qué este tema le importa más a científicos marinos y ambientalistas externos, que a la comunidad y autoridades locales?  Lo que ahora se presume como un encantó turístico de moda para autorretratos (selfie) y me refiero a Los Humedades y Playas de San Quintín…pronto serán lugares erosionados y contaminados, porque ya se nota el exceso de basura en sus playas. Usted estará de acuerdo en que, nunca será suficiente: Un día anual de limpieza de playas o campañas con letreros de “No tire basura, por favor”, aunque estas acciones sean convocadas con las mejores intenciones y voluntarios; porque hoy la basura de todos y los que roban las piedras que dañan nuestras costas; nos están ganando, ante la indiferencia.

Lo malo, es que hay quienes piensan ¿Qué importa una piedra más o una piedra menos? ¿Qué importa que se esclavice a unos y se enriquezcan otros, robando piedras bolas de mar a la comunidad? A los ejidatarios o terratenientes con propiedades en las costas, que permiten este negocio ecocida, hay que decirles que lo que están haciendo es equivalente al tráfico de especies endémicas de plantas o animales silvestres.

 Los extractores de piedra bola y sus cómplices: Le roban a la naturaleza, les roban a la comunidad, le roban al estado, a la nación. ¿Sabe usted que pocas costas en el mundo poseen piedras de este tipo y que por lo tanto son codiciadas como adornos? De la misma forma hubo una época en el siglo XIX Plume Boom que por la industria de la moda, ocasión la extinción de especies de aves, matando a millones de pájaros solo por adornar sombreros y vestidos de mujeres que podían pagar esos adornos (poco comunes). Así que mire mejor, cuando vea a los orgullosos compradores de la piedra bola de mar adornando sus casas y negocios a costa de un ecocidio ambiental ¿Valdrá la pena el deterioro irreparable de nuestras costas? ¿Quién otorga el permiso? ¿Quién autoridad se hace de la vista gorda al respecto?...mientras tanto, se siguen trasportando toneladas de piedras bola de las costas de Baja California, para adornar casa de aquellos que pagan.

Escucho la voz y la letra del cantautor Oscar Chávez: Se vende mi país por todos lados…Su hambre, su dolor, su sentimiento. Se vende mi país con todo y gente. Se vende la palabra independiente. Se vende mi país y ¡da coraje!...Y yo le agregó a la letra, se vende mi país ¡hasta las piedra bolas!

De no parar las consecuencias de este ecocidio, se afectará la herencia ambiental de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos…Igual que hoy, los hijos de San Quintín no tenemos un servicio de agua potable digna y estamos pagando errores que cometieron autoridades y rancheros, que abusaron del agua. Los adultos de sesenta años y más, que han vivido su vida en el valle, cuentan que el abuso de la extracción de agua en los pozos comenzó desde la década de los sesentas y setentas, cosa que aún continúa y es lo que causa que familias paguen recibos de agua, por un servicio que no reciben con eficiencia. Condenados estamos los que vivimos por estas tierras a tomar agua salada. Y de no exigir como comunidad un alto a la impunidad de la extracción de las piedras bolas, también condenados seremos para sufrir las consecuencias de tener costas vulnerables y enfermas, que dejarán de ser aptas para los ecosistemas que ahí conviven.

Algo positivo para mí, fue conocer la organización mexicana sin fines de lucro Terra Peninsular, cuya misión es comprometerse con la conservación y manejo de áreas naturales protegidas en Baja California; sobre ellos encontré en el 2019 una nota titulada Saqueo de piedra bola afecta futuro ostrícola, donde la organización “Pide hacer conciencia de la afectación que sufre la Bahía de San Quintín, porque ocasionará la pérdida de dunas costeras y los humedales de la zona. Se debe saber que la piedra bola o canto rodado sirve como barra de contención natural y además protege la bahía del oleaje y las mareas”

Amigo lector  y/o habitante del Valle de San Quintín, el Socorro, Ensenada y cualquier lugar costero: sacúdase la indiferencia de los ojos, no calle ante un delito ecológico que conozca, involúcrese con asociaciones que compartan su interés por temas ecológicos, diga sí cuando lo inviten a ser voluntario o patrocinador de una campaña de limpieza o pregunte a Terra Peninsular cómo usted y su familia pueden ser parte de la solución ( y no del problema), exija a sus políticos y autoridades locales que generen acciones visibles y efectivas para proteger la ecología de su ejido, fraccionamiento o colonia. Recordemos que la independencia de México comenzó con una reunión de un grupo pequeño de personas que decidió decir ¡Basta! Y eso debe ser un ejemplo que nos empodere para reconocer que todos, podemos iniciar un gran cambio.

Leer mi artículo en la revista Terra Peninsular

https://terrapeninsular.org/me-preocupan-las-piedras-opinion/

Referencias

https://www.change.org/p/profepa-mx-armandoayalarob-semarnat-mx-alto-a-la-extracci%C3%B3n-de-piedra-bola-en-la-playa-del-socorrito-baja-california

https://www.gob.mx/profepa/prensa/clausura-profepa-proyecto-de-aprovechamiento-de-piedra-bola-de-mar-en-ensenada-baja-california

https://blogs.20minutos.es/ciencia-para-llevar-csic/2020/09/08/sombreros-de-plumas-el-lado-oscuro-de-la-moda/

IMAGEN DE https://www.elvigia.net/el-valle/2019/4/15/saqueo-de-piedra-bola-afecta-futuro-ostricola-325903.html


Análisis crítico de materiales educativos: Libro de español para sexto grado, cuarta edición (2019)

                                                                                                                           Psc. Jacqueline C...