ME PREOCUPAN LAS PIEDRAS
Por
Jacqueline Campos (Observadora Ciudadana)
Cada vez que veo un
camión tráiler abierto trasportando bolsas con piedras bola de mar, siento asco
y coraje contras las autoridades, que permiten este tipo de explotación
ambiental en las costas de Baja California; en especial, el que ocurre en el
nuevo municipio de San Quintín. Investigue que la Procuraduría Federal del
Medio Ambiente, afirmó que “Las
actividades de extracción de las piedras bolas de mar, provoca la afectación al
humedal, al hábitat de diversas especies de flora y fauna silvestre; así como impacta causando la reducción o
modificación de la franja del lugar; la modificación del oleaje o el
amortiguamiento de la energía del mismo, así como riesgos a la población y el
medio marino”...y declaran que
en el 2017, se realizó la clausura a una empresa que extraía las piedras de
bola de mar en Ensenada. Quizás esos empresarios sin escrúpulos que roban el
patrimonio natural de las costas, se fueron al municipio de San Quintín, ya que
desde el 2018: Observo en promedio tres veces por semana a estos vehículos, cargados
con piedras bolas de mar con rumbo al norte. Estoy segura de que muchos los
miran sin saber que se comente un delito ambiental, y eso es una pena.
En el 2021, supe del auxilio que claman habitantes del
Socorrito, para promover la clausura y la sanción contra los que extraen las
piedras bolas de mar, para beneficiarse económicamente dejando a su paso un “ecocidio”.
En la página de firma de peticiones abierta a todo público (y que invito a firmar)
dicen que “…De continuar la extracción de la piedra
bola en la costa, provocará la erosión de las dunas del Socorro, la
cual es importante no solo para la protección del litoral de las inclemencias
del clima, sino también, porque es rica en flora y fauna. En
ella se encuentran al menos 155 especies de plantas… Por
lo que piden a la PROFEPA y autoridades correspondientes, que detengan
el ecocidio”.
El negocio de la extracción de piedras
bola usa el abuso laboral y viola derechos. Los recolectores no tienen
contratos legales y por lo tanto, son casi esclavizados (abusando de sus
necesidades de un sueldo) para cargar piedras y se les pagarles una miseria; en
cambio, los empresarios ecocidas las venden a otros, para terminar
comercializadas en dólares y euros. Entrevisté a un recolector (adulto mayor) de
piedras, que relató las condiciones laborales deprimentes. Los que pagan, para
otros se lleven las piedras: Nunca se detienen a preguntarse sobre el impacto
ambiental o comunitario, y mucho menos les importan sus recolectores. De hecho,
el robo de piedras lo hacen a plena luz del día, frente a cualquiera que se asome en las playas donde
operan, como Camalú, un lugar entre tantos para mirar el ecocidio abiertamente.
Ellos saben que las autoridades locales, nada les harán, y si los clausuran:
dejarán de extraer por un tiempo corto, mientras localizan otra costa para
continuar de manera impune. Esto es, similar al robo y venta de combustible por
los llamados Huachicoleros.
Como ciudadana, me preocupan las piedras
bolas de mar y pregunto ¿Por qué este tema le importa más a científicos marinos
y ambientalistas externos, que a la comunidad y autoridades locales? Lo que ahora se presume como un encantó
turístico de moda para autorretratos (selfie)
y me refiero a Los Humedades y Playas de San Quintín…pronto serán lugares
erosionados y contaminados, porque ya se nota el exceso de basura en sus
playas. Usted estará de acuerdo en que, nunca será suficiente: Un día anual de
limpieza de playas o campañas con letreros de “No tire basura, por favor”,
aunque estas acciones sean convocadas con las mejores intenciones y
voluntarios; porque hoy la basura de todos y los que roban las piedras que
dañan nuestras costas; nos están ganando, ante la indiferencia.
Lo malo, es que hay quienes piensan ¿Qué
importa una piedra más o una piedra menos? ¿Qué importa que se esclavice a unos
y se enriquezcan otros, robando piedras bolas de mar a la comunidad? A los
ejidatarios o terratenientes con propiedades en las costas, que permiten este
negocio ecocida, hay que decirles que lo que están haciendo es equivalente al
tráfico de especies endémicas de plantas o animales silvestres.
Los extractores de piedra bola y sus
cómplices: Le roban a la naturaleza, les roban a la comunidad, le roban al
estado, a la nación. ¿Sabe usted que pocas costas en el mundo poseen piedras de
este tipo y que por lo tanto son codiciadas como adornos? De la misma forma
hubo una época en el siglo XIX Plume Boom
que por la industria de la moda, ocasión la extinción de especies de aves, matando
a millones de pájaros solo por adornar sombreros y vestidos de mujeres que
podían pagar esos adornos (poco comunes). Así que mire mejor, cuando vea a los
orgullosos compradores de la piedra bola de mar adornando sus casas y negocios
a costa de un ecocidio ambiental ¿Valdrá la pena el deterioro irreparable de nuestras
costas? ¿Quién otorga el permiso? ¿Quién autoridad se hace de la vista gorda al
respecto?...mientras tanto, se siguen trasportando toneladas de piedras bola de
las costas de Baja California, para adornar casa de aquellos que pagan.
Escucho la voz y la letra del cantautor
Oscar Chávez: Se vende mi país por todos lados…Su hambre, su dolor, su
sentimiento. Se vende mi país con todo y gente. Se vende la palabra
independiente. Se vende mi país y ¡da coraje!...Y yo le agregó a la letra, se vende mi país ¡hasta
las piedra bolas!
De no parar las consecuencias de este ecocidio, se afectará
la herencia ambiental de nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos…Igual
que hoy, los hijos de San Quintín no tenemos un servicio de agua potable digna
y estamos pagando errores que cometieron autoridades y rancheros, que abusaron
del agua. Los adultos de sesenta años y más, que han vivido su vida en el
valle, cuentan que el abuso de la extracción de agua en los pozos comenzó desde
la década de los sesentas y setentas, cosa que aún continúa y es lo que causa
que familias paguen recibos de agua, por un servicio que no reciben con
eficiencia. Condenados estamos los que vivimos por estas tierras a tomar agua
salada. Y de no exigir como comunidad un alto a la impunidad de la extracción
de las piedras bolas, también condenados seremos para sufrir las consecuencias
de tener costas vulnerables y enfermas, que dejarán de ser aptas para los ecosistemas
que ahí conviven.
Algo positivo para mí, fue conocer la
organización mexicana sin fines de lucro Terra Peninsular, cuya misión es
comprometerse con la conservación y manejo de áreas naturales protegidas en
Baja California; sobre ellos encontré en el 2019 una nota titulada Saqueo de
piedra bola afecta futuro ostrícola, donde la organización “Pide hacer conciencia
de la afectación que sufre la Bahía de San Quintín, porque ocasionará la
pérdida de dunas costeras y los humedales de la zona. Se debe saber que la
piedra bola o canto rodado sirve como barra de contención natural y además
protege la bahía del oleaje y las mareas”
Amigo lector y/o habitante del Valle de San Quintín, el
Socorro, Ensenada y cualquier lugar costero: sacúdase la indiferencia de los
ojos, no calle ante un delito ecológico que conozca, involúcrese con
asociaciones que compartan su interés por temas ecológicos, diga sí cuando lo
inviten a ser voluntario o patrocinador de una campaña de limpieza o pregunte a
Terra Peninsular cómo usted y su familia pueden ser parte de la solución ( y no
del problema), exija a sus políticos y autoridades locales que generen acciones
visibles y efectivas para proteger la ecología de su ejido, fraccionamiento o
colonia. Recordemos que la independencia de México comenzó con una reunión de
un grupo pequeño de personas que decidió decir ¡Basta! Y eso debe ser un
ejemplo que nos empodere para reconocer que todos, podemos iniciar un gran
cambio.
Leer mi artículo en la revista Terra Peninsular
https://terrapeninsular.org/me-preocupan-las-piedras-opinion/
Referencias
IMAGEN DE https://www.elvigia.net/el-valle/2019/4/15/saqueo-de-piedra-bola-afecta-futuro-ostricola-325903.html
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